CALMA, INTROSPECCIÓN Y SUAVIDAD

Slow Yoga es una práctica suave, introspectiva y profundamente consciente que invita a moverse con calma, presencia y delicadeza. A través de secuencias fluidas pero pausadas, se cultiva una conexión íntima con la respiración, se calma la mente y se favorece la liberación de tensiones acumuladas.

Inspirado en estilos como el Vinyasa y el Hatha Flow, adapta sus principios dinámicos a un ritmo más lento y meditativo. Las posturas se sostienen con respiración continua y atención plena, priorizando la calidad sobre la cantidad del movimiento.

Beneficios clave:
• Reducción del estrés y la ansiedad
• Mejora de la movilidad, la respiración y la atención
• Regulación del sistema nervioso y conexión interna

¿Para quién es?
Ideal para momentos de fatiga, sobrecarga o necesidad de reconexión. Apto para todos los niveles, especialmente beneficioso en épocas de cambio o necesidad de autoescucha.